Es esencial contar con herramientas para enfrentar las disputas que surjan en el salón de clases de forma adecuada, sin violencia y con respeto, ya que así se mejora la convivencia.
El aula es un lugar donde se relacionan una gran cantidad de estudiantes y profesores, por lo que es importante que no se presenten problemas de convivencia. Por ello, es esencial que los docentes conozcan las principales estrategias para resolver conflictos escolares y aprovechar estas situaciones para desarrollar la capacidad de diálogo de los involucrados.
Si se afrontan este tipo de situaciones de la manera adecuada, sin violencia y a través del diálogo y el respeto mutuo, se pueden alcanzar resultados positivos. Las diferencias de intereses u opiniones son necesarias para provocar ciertos cambios y permiten mejorar las bases de la convivencia, en este caso dentro de la escuela.
Cabe señalar que los conflictos, en cualquier ámbito, son procesos naturales que forman parte de la vida cotidiana y no representan un mal en sí mismos; todo depende de la manera en que se aborden.
¿Cómo se vive esta situación en Colombia?
En general, cuando surgen disputas en el aula, los maestros, directivos, padres de familia o mentores adoptan actitudes autoritarias, sin contar con la capacidad de los alumnos para llegar a algún tipo de acuerdo. Los maestros acaban enviando a los estudiantes conflictivos a la dirección o le piden a sus padres o mentores que corrijan el problema que se originó en la escuela, sin que se resuelva realmente la situación.
En el otro extremo, se ignoran los problemas y se les permite a los alumnos que los “arreglen entre ellos”, sin ningún tipo de mediador, lo que en muchas ocasiones desencadena agresiones o la sumisión absoluta de una de las partes.
Cualquiera de las dos alternativas anteriores hace que los niños y adolescentes no aprendan a resolver sus disputas de forma calmada y pacífica, y se desperdicia la oportunidad de que desarrollen habilidades comunicativas fundamentales.
Derivado de lo anterior, es esencial manejar los conflictos que surgen en el aula de manera adecuada, para enseñarle a los alumnos que, a través del diálogo y la comprensión, se pueden obtener soluciones constructivas y positivas que beneficien a todos los involucrados. De esta manera se contribuirá a su desarrollo personal, bienestar y felicidad.
Principales claves para la prevención de conflictos
Antes de pasar al tema de cómo resolver un conflicto escolar, hay que hablar de prevenirlos. Como ya se mencionó, en un entorno como el aula, en el que conviven tantas personas, es imposible que no se presenten ciertos problemas, pero muchos son evitables si se llevan a cabo ciertas estrategias:
- Generar un buen ambiente y contar con una disciplina adecuada en el salón de clases.
- Aplicar refuerzos positivos para premiar el buen comportamiento.
- Establecer normas básicas de convivencia.
- Fomentar el diálogo, ya que contribuye a la formación de personas tolerantes.
- Mejorar las habilidades comunicativas propias y de los alumnos.
- Preparar a los alumnos en la gestión de conflictos, para que puedan encarar sus problemas con tranquilidad y utilizando la mediación.
- Usar técnicas de trabajo cooperativo.
- Mantener el control del aula sin alterarse.
- Crear un clima de participación en el salón de clases.
9 estrategias para solucionar conflictos escolares
Aunque lo ideal es lograr la prevención, al igual que en cualquier otro ámbito, las pugnas en el aula se deben afrontar aplicando las siguientes estrategias para resolver conflictos escolares:
- Mantener la calma. Evitar entrar en pánico es clave, porque ello permitirá actuar de forma inteligente ante la disputa.
- Determinar con la mayor claridad y objetividad posible el asunto que está causando el problema y definir su origen. Sin importar la razón que desató el antagonismo, hay que admitir su presencia y abordarlo cuanto antes.
- Es esencial que los involucrados conozcan sus emociones, el origen de las mismas y sepan el motivo por el que reaccionan de la forma en la que lo están haciendo.
- Fomentar el entendimiento entre las partes. Para llevar a cabo una buena negociación se deben comprender los propios intereses, pero también los de los demás.
- Junto con los alumnos, se necesitan buscar soluciones que satisfagan a todas los involucrados. Se requiere valorar seriamente cada propuesta que se haga, analizando sus ventajas e inconvenientes, para que los estudiantes se sientan realmente escuchados y formen parte de la solución.
- Mantener la objetividad al alcanzar los acuerdos es esencial. Para ello, hay que centrarse en los sucesos y no en los individuos.
- Tener coordinación. Si un alumno o grupo es la fuente de las disyuntivas, es importante diseñar una estrategia con todo el profesorado y, en caso necesario, se necesita buscar apoyo de su familia. De esta forma, todos reaccionarán de la forma acordada y aportarán a la búsqueda de la solución.
- Una vez alcanzado el acuerdo se debe evaluar lo ocurrido. En ese sentido, reforzar lo positivo contribuirá a la solución de problemas futuros.
- Hacer un seguimiento. Es importante prestar atención a cómo evolucionan las partes, para evitar que reaparezca la disputa.
Los puntos anteriores permiten resolver los conflictos en colaboración, lo que a su vez ayuda a que el docente entienda las preocupaciones de sus alumnos o sus perspectivas ante un asunto específico. Sirve, asimismo, para que los estudiantes conozcan el interés del maestro en apoyarlos y comprenderlos.
Además, se evita que las problemáticas derivadas de la coexistencia se agraven, prepara al alumnado para enfrentar sus disputas pacíficamente, a través del diálogo y el respeto, y les proporciona herramientas para negociar, una habilidad muy valorada en el mercado laboral.
En un entorno tan complicado como el actual, en el que el ciberacoso y el acoso escolar están muy presentes, el manejo adecuado de este tipo de situaciones es esencial. Por ello es recomendable que docentes y directivos amplíen su formación con una Maestría en Prevención y Mediación de Conflictos en Entornos Educativos, como la que oferta UNIR en Colombia.
Prepararse para prevenir y combatir los principales problemas de convivencia que se presentan en entornos educativos formales y no formales –como acoso escolar, ciberbullying, violencia de género o sexting– hará que las aulas se conviertan en entornos seguros, en los que los alumnos puedan desarrollarse con tranquilidad.