Desde la Psicología, se utiliza el término codependencia para definir este tipo de dinámicas, pero ¿qué implica realmente en un contexto socioeconómico como el de Colombia?
En el contexto colombiano, es común escuchar frases como “amistades tóxicas”, “amores asfixiantes”, “amar es sufrir”, o incluso referirse al “síndrome de Estocolmo” en conversaciones cotidianas. Estos términos, arraigados en la cultura popular, buscan describir relaciones interpersonales que, en su esencia, son disfuncionales y marcadas por la dependencia emocional.
La codependencia se manifiesta cuando una persona pierde su identidad y bienestar en función de la necesidad de complacer o cuidar a otra, desarrollando un patrón de comportamiento que no solo perpetúa la relación disfuncional, sino que también genera una profunda insatisfacción personal. En Colombia, donde factores como la precariedad económica, el desempleo, y la desigualdad social pueden exacerbar las tensiones en las relaciones familiares y de pareja, la codependencia se convierte en un fenómeno particularmente relevante.
La falta de acceso a recursos de salud mental y la persistente estigmatización de la terapia psicológica en muchas comunidades colombianas agravan la situación, haciendo que muchas personas vivan estas relaciones tóxicas en silencio. Además, el peso de las tradiciones y las expectativas sociales sobre la familia y el matrimonio pueden hacer que los individuos sientan una presión adicional para permanecer en relaciones que son claramente perjudiciales para su bienestar emocional.
Entender la codependencia en Colombia no solo implica analizar las dinámicas de poder y dependencia en las relaciones individuales, sino también considerar cómo el entorno socioeconómico y cultural del país influye en la perpetuación de estas relaciones pero ¿qué es exactamente?
Codependencia: definición y ejemplos
La codependencia es un problema emocional que se manifiesta a través de una dependencia afectiva obsesiva hacia otra persona, configurando una relación altamente disfuncional. Este tipo de dinámicas codependientes son particularmente frecuentes en familias colombianas donde uno de los miembros asume el rol de cuidador de un enfermo crónico, una persona con discapacidad, un alcohólico o un drogodependiente.
En el contexto colombiano, la codependencia también se observa en relaciones de pareja, especialmente en mujeres víctimas de maltrato, quienes, debido a factores socioeconómicos y culturales, muchas veces sienten que no tienen opciones para salir de estas relaciones. Además, las dinámicas codependientes pueden surgir en la relación entre madres o padres e hijos tras un divorcio, donde uno de los padres deposita en los hijos su necesidad de apoyo emocional, sobrecargando a los menores con responsabilidades que no les corresponden.
Un ejemplo recurrente de codependencia en la infancia y adolescencia, presente tanto en la vida real como en la literatura y el cine (como en “Más allá de la vida” o “8 millas”), es el del hijo de un padre o madre alcohólico que asume el rol de cabeza de familia. En Colombia, esta situación es tristemente común en contextos de pobreza y exclusión social, donde los menores asumen responsabilidades de adultos, encargándose del hogar y renunciando a su niñez en un esfuerzo por mantener la familia unida. Esta realidad refleja cómo las dinámicas de codependencia están profundamente influenciadas por el entorno socioeconómico y cultural, perpetuando ciclos de sufrimiento y dependencia emocional en esta violencia familiar
Rasgos de codependencia
¿Cómo son las personas que sufren codependencia? ¿Cuáles son sus conductas, miedos…? ¿Su personalidad? En general, los rasgos más característicos serían la obsesión y compulsión por controlar al otro. Un control y dependencia exagerados y que, en la mayoría de los casos, es inconsciente.
Cuando la persona sí es consciente de esta dependencia, suele justificar esta relación o trata de normalizarla. Para entenderlo mejor, pensemos en un adicto a una sustancia: si le preguntamos sobre su grado de dependencia, es decir, su hábito de consumo, posiblemente mentirá tanto en la frecuencia como en la gravedad de su adicción.
El codependiente sufre una pulsión al cubrir todas las necesidades de la persona a su cuidado, asumiendo los problemas de esta como propios. Los fracasos del otro son también sus fracasos. Y como consecuencia inevitable, el codependiente deja relegadas en un segundo plano sus necesidades y deseos. Por así decirlo, se pierde a sí mismo.
Otro rasgo común de las personas que sufren codependencia es la baja autoestima. Cuidar y satisfacer las necesidades del otro sería ese refuerzo para su valía. Por otro lado, son personas hiperresponsables, que sienten que su obligación es sacrificarse por el otro, aunque ese constante sacrificio no le retribuya la felicidad ni la satisfacción esperada. Están sometidas a elevados niveles de culpa y presión (autoexigencia), en muchas ocasiones al chantaje emocional del dependiente; y muestran signos de agotamiento crónico, estrés y depresión.
Intervención psicológica de la codependencia
Como se ha explicado, la codependencia es un trastorno emocional; de hecho, muchos expertos lo enmarcan dentro del cuadro de las adicciones. Cuando la persona sufre esta codependencia del familiar a su cuidado (un enfermo crónico, con discapacidad, drogodependiente…), la intervención psicológica no solo se centra en la terapia directa con el demandante, también con el resto de los familiares y en concreto con la persona-objeto de su “adicción emocional”.
La intervención psicológica arranca con una amplia evaluación del codependiente, donde se registrarán su historia y perfil de personalidad, la afectación a su autoestima, los niveles de ansiedad y síntomas de depresión. En este espacio, se define la conducta problema, cómo son sus interacciones con los demás (familia, persona a su cuidado…) y, muy especialmente, cuáles son los factores causales de la codependencia y las variables que la mantienen.
La terapia cognitiva-conductual es clave en el tratamiento de los problemas de codependencia y derribar creencias erróneas y sentimientos de culpabilidad. Es muy común que al cuidador codependiente le golpee la culpa cuando dedica tiempo para sí mismo o se divierte. También es importante que el psicólogo trabaje el proceso de negación del problema hasta llegar a la aceptación de esta codependencia. Como se ha indicado anteriormente, es probable que el codependiente reste importancia a su dependencia o que justifique su propio abandono por el cuidado del otro.
¿Qué otros objetivos se deben trabajar durante la intervención psicológica?
- Mejorar la autoestima y reconstrucción de la identidad personal.
- El aprendizaje del control emocional y superar el miedo a separarse de la persona con la que mantiene la relación codependiente.
- Entrenar al paciente en habilidades comunicativas para expresar sus propios sentimientos, deseos y necesidades.
- Trabajar técnicas de relajación.
- Fomentar la autonomía de la persona y enseñarle a crear nuevos hábitos en sus rutinas diarias: dedicarse tiempo para sí mismos, planificar actividades de ocio, ampliar su red social.
Es importante destacar que la codependencia es un trastorno que con frecuencia llega a las consultas de los psicólogos clínicos en Colombia, especialmente a aquellos que se especializan en centros de tratamiento y rehabilitación social de adicciones, atención a personas con discapacidad, y en unidades de cuidado para enfermos crónicos o pacientes con cáncer.
El abordaje efectivo de la codependencia requiere que el profesional posea no solo competencias y habilidades terapéuticas avanzadas, sino también una comprensión profunda de las dinámicas familiares y sociales que perpetúan este problema. En este sentido, programas de formación avanzada, como una Maestría en Psicoterapia, Maestría en Neuropsicología Clínica, pueden ser cruciales para dotar al psicólogo de las herramientas necesarias para intervenir de manera integral. Esto implica trabajar tanto en la atención directa al paciente como en la intervención con la familia, abordando de manera conjunta los patrones de codependencia que afectan el bienestar emocional de todos los involucrados.