¿Quién no ha tenido que hablar en público por motivos profesionales? A día de hoy, la capacidad de expresarse correctamente es un must-have en cualquier situación, y de ahí la importancia de conocer al detalle qué es la oratoria y cuáles son sus características para lograr tus objetivos a través de un discurso inspirador.
Según la Real Academia de la Lengua Española, la oratoria es el “arte de hablar con elocuencia”. Es decir, la habilidad de comunicar de un modo eficaz para deleitar, conmover o persuadir a la audiencia. De este modo, la oratoria sirve para captar la atención del receptor, seducirlo a través de un mensaje claro y conseguir que tome decisiones o adopte una determinada posición.
Aunque sus orígenes se remontan a la antigua Grecia, la utilidad de la oratoria sigue sirviendo para despertar el interés del interlocutor, ya sea una persona o un grupo, y para convencerlo; especialmente en el contexto de sobreinformación en que vivimos hoy día.
Como sostiene Patrick King en Persuasion Tactics: Covert Psychology Strategies to Influence, Persuade, & Get Your Way, la persuasión es “la clave en todas las situaciones en que no existe acuerdo, lo que ocurre en el 99 % de las ocasiones”.
¿Cuáles son las características de una buena oratoria?
A la hora de preparar un discurso —sea cual sea el destinatario y el objetivo del mismo— hay que conocer cómo debe formularse para que sea eficaz. Por este motivo, hay un conjunto de aspectos imprescindibles que debes considerar a la hora de exponer tus ideas:
Inicio atractivo
De acuerdo con una investigación realizada por Dianne Dukette y David Cornish en The Essential 20: Twenty Components of an Excellent Health Care Team, los adultos solo pueden mantener la atención durante un promedio de 20 minutos. Es más, para despertar su interés, solo dispones de unos pocos segundos. De ahí la importancia de hacer presentaciones que desde el primer momento resulten atractivas a la audiencia.
Este es el motivo por el que muchos conferenciantes comienzan sus discursos con un chiste, una anécdota o una historia personal, ya que si no atraen la atención del público desde el inicio, después será mucho más difícil.
Planteamiento original
Uno de los errores más frecuentes a la hora de hablar en público es ceder el protagonismo al proyector, convirtiéndose el orador en un mero lector del contenido de la presentación. Los recursos audiovisuales deben ser un complemento a la presentación, pero nunca el guion de la misma. Es decir, se pueden incluir imágenes conceptuales, gráficos en movimiento, citas célebres o vídeos relacionados con la temática. Sin embargo, estos elementos deben aportar un valor añadido a la creación de emociones en el auditorio, sin redundar en el discurso hablado.
Desarrollo fluido
Resulta tedioso escuchar una charla donde el orador recita un discurso previamente memorizado. Esta falta de espontaneidad levantará un muro entre tu atril y el público, al tiempo que te puede poner en una situación algo incómoda si te quedas en blanco. Por ello, lo más recomendable es llevar anotaciones sobre los distintos puntos que deseas tratar a lo largo de la charla y abordarlos de forma natural. Esto te permitirá, además, variar el contenido y el tono en función del público, fortaleciendo así el vínculo con los oyentes.
Interacción con el receptor
Otro de los puntos esenciales de la oratoria es la conexión con la audiencia. Pedir la opinión a alguna persona, introducir referencias sobre los participantes, plantear preguntas o permitir que el público termine una frase o repita una consigna son técnicas que facilitan el engagement de la audiencia. Además, es recomendable dedicar unos minutos previos a la exposición para conversar y conocer al público, ya que esto ayuda a aplacar los nervios y a descubrir detalles e historias de los asistentes para incorporarlas al discurso y conectar con ellos de un modo más íntimo.
Ser coherente con el lenguaje corporal
El cerebro humano es capaz de reconocer el mensaje que va a emitir un sujeto a través de la expresión corporal del mismo. Paradójicamente, la forma para trabajar el lenguaje corporal es centrarse en las ideas: si realmente sientes lo que vas a decir, tus movimientos te seguirán de forma natural. Además, es recomendable que practiques aspectos del lenguaje no verbal, como el tono, el volumen, la cadencia, la modulación de la voz, la postura corporal, las expresiones faciales o los silencios.
Discurso personalizado según la audiencia
No puede ser igual una presentación ante el consejo de administración de una empresa que un discurso en una entrega de premios, una conferencia en una universidad o una charla sobre tus avances al resto del equipo de trabajo. El público debe determinar el contenido de tu disertación si quieres hacerte entender y establecer un vínculo con él. Por eso, es importante conocer qué es lo que desean saber tus oyentes, cuáles son sus intereses y cuestiones varias sobre el tema para preparar posibles dudas y preguntas.
Incluye un propósito o llamada a la acción
El desarrollo de las habilidades comunicativas incluye la definición de esa idea clave que debe ser el eje de nuestra intervención. Busca un título a tu mensaje, el que quieres que se recuerde al finalizar la charla, y confecciona el discurso en base a él. En este sentido, Kevin Kruse, en 5 Subtle Ways To Persuade And Influence Others, aconseja utilizar solo tres argumentos para defender una idea, aunque se trate de vender un proyecto de un millón de dólares a una compañía de la Fortune 500. “Si tienes los argumentos adecuados, tres son suficientes”, sostiene.
La oratoria, una soft skill fundamental
Ahora que ya conoces qué es la oratoria y sus características, el reto está en dominar este arte para beneficiarte de todas las ventajas que conlleva esta habilidad. No hay que olvidar que, según Peter Drucker, conocido padre del management, más del 60 % de los problemas que tiene una empresa se generan por falta de comunicación.
En consecuencia, y dada la transversalidad de la comunicación, el dominio de la oratoria se ha convertido en una de las competencias clave para tener éxito profesional, de acuerdo con el informe Bridging the Soft Skills Gap de la U.S. Chamber of Commerce Foundation.
De hecho, el 92 % de los directivos considera las soft skills —entre las que se encuentra la oratoria— más relevantes que las competencias, como dicta el Wall Street Journal. Incluso el 94 % de los responsables de recursos humanos considera que un candidato con soft skills tiene más oportunidades de ascenso que otro trabajador con estas capacidades menos desarrolladas, según el estudio The Soft Skills Job Seekers Need Now, elaborado por iCIMS Hiring Insights.
Por todo esto, como la oratoria es una habilidad blanda, puedes desarrollarla con formación especializada como con la Maestría en Oratoria online de UNIR. Además, la Carrera en Humanidades de UNIR puede proporcionar una sólida base teórica que enriquezca tu comprensión de los fundamentos de la comunicación y el pensamiento crítico. Con ambas formaciones podrás convertirte en un eficaz comunicador y generar reacciones favorables en tu audiencia mediante la práctica de los recursos retóricos. Sin duda, podrás ganar confianza en ti mismo, potenciar tu poder de convicción o aumentar tu capacidad para hacer contactos. Cuando domines la oratoria, se te abrirán muchas puertas para entrar o promocionar y ascender dentro del mercado laboral.