El ex secretario de Educación de Montería, egresado del Máster en Dirección de la Gestión Pública de esta universidad, visitó la sede de PROEDUCA y el Rectorado de esta institución.
Ricardo Nicolás Madera Simanca, Defensor del Pueblo de Córdoba (Colombia) y ex secretario de Educación de esa región, se presenta en su bio de redes sociales con la siguiente cita de Ernest Hemingway: “El mundo es un buen lugar, valdría la pena defenderlo”. No es casual para quien considera que la educación es una de las herramientas estratégicas que permiten generar “una auténtica transformación social” en defensa de la sociedad.
Convocado por UNIR, este servidor público de Montería se encuentra de visita en España para participar del Foro ‘Futuro en Español’, que tiene lugar en Logroño. Pero además ha participado en la sede de PROEDUCA, en Madrid, de una serie de encuentros, conferencias y espacios de debate con diversos rectores de prestigiosas universidades latinoamericanas. Asimismo, pudo conocer el Rectorado de esta institución, de la que es egresado del máster en Dirección de la Gestión Pública. Entre los actos y actividades, ha mantenido la siguiente entrevista:
“Todavía hay territorios en Colombia donde la conectividad aún es deficiente”, dice Madera Simanca.
Pregunta: -¿Cómo UNIR puede contribuir a la formación universitaria en las regiones colombianas?
Respuesta: -La pandemia llegó a impulsar en territorios como el colombiano el componente digital, y la educación no es ajena a ello. En la región en la que estoy, que es Montería (capital de Córdoba) hay cerca de 81 municipios que convergen demandando servicios. Entre ellos, el principal es la educación. Según estadísticas oficiales del Ministerio de Educación, un poco más de 400.000 estudiantes en el país desertan del proceso educativo, inclusive de la educación superior.
Llegar con educación en un escenario digital permite serenidad, eficiencia, y también economía. Es la respuesta a la que está atendiendo UNIR de manera asertiva en nuestro país, contribuyendo a través de la educación a esa anhelada transformación social que requerimos en nuestros territorios. También, a la cualificación. Por ejemplo, tuve la oportunidad de concretar algunas sinergias interesantes, como secretario de Educación en el pasado, de apostar por una cualificación docente diferente, actualizada y que redunda a su vez en mayores capacidades y calidades de los estudiantes.
El Defensor del Pueblo de Córdoba, en su visita a la sede de PROEDUCA, en Madrid.
P: -¿Cómo considera que esta universidad puede apoyar al crecimiento regional en el país, desde un contexto social y no solo educativo?
R: -Existe un gran desafío en esa línea a la que vamos: todavía hay territorios en Colombia donde la conectividad aún es deficiente. Este es el plus a través del que se mueve UNIR. Esto es algo donde hay que entrar a engranar y fortalecer. Hoy estoy fungiendo como Defensor del Pueblo, entidad del Ministerio Público de garantía de derechos. Uno de mis grandes objetivos es poder llegar a construir y armonizar la colaboración entre las entidades.
UNIR nos ha facilitado docentes para afrontar diversos escenarios, donde nuestros defensores públicos tienen la posibilidad -semana tras semana- de fortalecer sus competencias. Hemos llegado con facilitadores (a través de diferentes escenarios abiertos) a lideres y organizaciones sociales, a defensores públicos, a víctimas del conflicto… Poder contar con esa mano amiga que ha resultado UNIR para fortalecer capacidades y llegar cada vez con más oferta institucional a diferentes latitudes del territorio es maravilloso.
P: -¿Cómo considera que UNIR puede ayudar al sector público en Colombia?
R: -Hay un gran paradigma que cambiar, y es desde el rol de servidor público. Tenemos que ver cómo fortalecer esa vocación. Nosotros en nuestra entidad lo llamamos ‘el reto’, a partir de un acrónimo: ser resiliente, empático, trabajar en equipo y tener optimismo a pesar de las dificultades en el quehacer diario. Llegar a través de UNIR -con horarios flexibles para la formación, con un aliado que fortalece las competencias no solo de los funcionarios, sino también las capacidades de la entidad, para tener una mayor oferta hacia los clientes externos- es sumamente importante en la coyuntura en la que nos encontramos. Además, ese plus que tiene UNIR (desde su naturaleza en un escenario digital, que permite alternar horarios de trabajo con la conexión al aula virtual) es sumamente importante.
P: -A pesar de ciertas dificultades que mencionaba, ¿considera que hay un terreno propicio para la educación digital en Colombia?
R: -Ya lo decía… Nuestro país asume después de la pandemia un desafío desde el gobierno y desde la empresa privada para contribuir a fortalecer la conectividad y que llegue cada vez a más territorio, a esa gran ruralidad dispersa que tiene Colombia. Pero, sin lugar a duda, es desde el reto donde se encuentran grandes oportunidades de crecimiento, de desarrollo, de esa transformación social tan anhelada que deseamos en nuestro país. Por supuesto que UNIR, desde su oferta académica, desde la vocación y la naturaleza que tiene, juega un rol fundamental y ya es un actor clave en este propósito.
La experiencia como estudiante de UNIR
P: -Desde el plano más personal, cuéntenos su experiencia como estudiante de UNIR. Usted cursó la maestría en Dirección de Gestión Pública de esta universidad…
R: -Tuve la posibilidad de conocerlos a nivel institucional desde 2018, mientras estaba trabajando como secretario de Educación. Y, en ese momento, ya tenia la ‘cosquillita’ de poder vivir la experiencia como estudiante de UNIR. En 2020 llegó la oportunidad, justo en el momento en que se nos venía la pandemia. Si hubiese que destacar algo positivo de esa difícil situación -con todo el respecto para las víctimas y sus familiares, y toda mi solidaridad hacia ellos- fue eso: comenzar a estudiar en UNIR. Yo estaba trabajando desde casa y acompañando a mi hijo y a mi hija en su conexión a las aulas digitales. Ahí emprendo esa dinámica y ese ejercicio con UNIR. Tuve la posibilidad de ver las clases en directo o en diferido, a pesar de que muchas veces los tiempos no me daban por mis ocupaciones. Pero podía participar activamente en los foros… Tenía especial prevención porque los docentes eran de España y me imaginaba que la casuística iba a ser con el enfoque de España. Pero nos encontramos en aulas en las que convergíamos estudiantes de diferentes ciudades -no solo de Colombia, sino del mundo-, y el intercambio cultural fue maravilloso. La posibilidad de intercambiar -a través de los foros- experiencias y referentes de la práctica y de la norma- pudieron permitir el ejercicio de un máster en Dirección de la Gestión Pública supremamente importante.
“Hay que apostar por la formación continua. Estamos llamados constantemente a reinventarnos”, considera.
P: -¿Qué le aportó concretamente a su formación y expertise este estudio?
R: -Dividiría el aporte en dos componentes. Uno, el académico: fue un muy relevante para actualizar temas y pertinente para mi currículum. Para mí era muy importante ahondar en los conocimientos del máster y lo conseguí. Y dos, la interacción y el diálogo con compañeros colombianos o de otros países. Poder tomar de ellos ese intercambio de experiencias fue maravilloso. Creo que es algo que se va quedando en ese ADN profesional en el que estamos constantemente en construcción. Alguien dice que por naturaleza el ser humano es un producto sin acabar hasta el día que estemos en este mundo. En este propósito debemos seguir en constante evolución y búsqueda activa de más elementos para fortalecer nuestras competencias y lo que entregamos en el quehacer y en el actuar a los demás.
P: -La formación continua es uno de los lemas de UNIR. ¿Coincide con la premisa de que, en la sociedad de hoy, es necesario permanentemente reciclarse, apostar por el conocimiento y no quedarse encasillado en un tipo de estudios?
R: -Totalmente de acuerdo. Estamos llamados constantemente a reinventarnos, a trabajar con una consigna de que se puede ser mejor y diferente. Desde esta orilla en la que hoy la vida me tiene como servidor público, el compromiso debe ser doble: hay que entender que lo que hacemos incide en cambiar y contribuir a mejorar vidas y sociedades, y también a tener un compromiso -no menos importante- con el medio ambiente.
