El trastorno ansioso depresivo es una enfermedad psicológica que ataca a cualquier tipo de personas en cualquier etapa de su vida.

Este se puede definir como un trastorno que presenta tanto síntomas de ansiedad como síntomas de depresión, pero no tan fuertes como para justificar un diagnóstico de ambas enfermedades por separado.
Es obligación del médico encargado determinar el nivel de gravedad de los síntomas para tomar una decisión y, en caso de que sean leves, se podría hablar del trastorno mixto de ansiedad y depresión. De lo contrario, se tendrá que tratar cada una de estas enfermedades por aparte y se debe tener en cuenta que los tratamientos para cada una de estas enfermedades son diferentes.
Por esta razón, es necesario contar con los conocimientos adecuados que le permitan al personal médico dar un diagnóstico y tratamiento mucho más acertado. De esta manera se le puede brindar una atención más especializada al paciente, junto con buenas expectativas que apunten a un mejoramiento en su calidad de vida significativo.
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¿Qué se entiende por trastorno ansioso-depresivo? Síntomas, diagnóstico y tratamiento
Según lo expuesto por Novillo en su investigación titulada Trastorno mixto ansioso depresivo en los pacientes de los centros de atención privada del cantón Loja, en el trastorno ansioso depresivo “…están presentes síntomas de ansiedad y depresión,
pero ninguno de ellos predomina claramente ni tiene la intensidad suficiente como para
justificar un diagnóstico por separado. Cuando ambas series de síntomas, depresivos y
ansiosos, estén presentes y sean tan graves como para justificar un diagnóstico individual
deben recogerse ambos trastornos y no deberá usarse esta categoría. Si por razones prácticas de codificación, solo puede hacerse un diagnóstico debe darse prioridad al de depresión. (Vanegas, Germán; Velecela, José; Yanza, 2013)” (1).
Es importante considerar que los síntomas, tratamiento y diagnóstico del trastorno mixto deben llevarse con cuidado, pues pueden parecer que pertenecen a diferentes categorías de síndromes; pero debe tratarse y diagnosticarse como una enfermedad nueva, atacando todos los aspectos posibles para mejorar la calidad de vida del paciente.
Para llevar esto de manera correcta, es necesario tener en cuenta cuáles pueden ser las causas del trastorno ansioso-depresivo. Entre ellas se pueden encontrar de tipo biológico, genético, psicológico e incluso ambiental. Todos estos aspectos pueden llegar a predisponer a una persona a contraer los síntomas asociados a esta enfermedad, por lo que se deben considerar dentro del diagnóstico y el cuadro clínico que se le debe hacer al paciente.
Trastorno ansioso depresivo: síntomas
Esto quiere decir que el paciente presenta síntomas relacionados con ambas enfermedades: ansiedad y depresión. Dentro de los más comunes en el trastorno ansioso depresivo se pueden destacar:
- La falta de concentración
- Trastorno del sueño
- Falta de energía
- Preocupación
- Anticipación al peligro
- Hipervigilancia
- Baja autoestima
- Sentimiento de frustración e inutilidad
De hecho, se tiene conocimiento de que los pacientes que padecen el síndrome, presentan síntomas más enfocados a algo físico que mental, por lo que puede parecer muy inespecífica (1).
¿Cómo superar el trastorno ansioso depresivo? Tratamiento psicológico
Luego de conocer cuáles son los síntomas del trastorno ansioso depresivo, debemos saber cómo tratar este tipo de enfermedad para que el deterioro de la calidad de la vida del paciente no sea significativo y este pueda recuperar su tranquilidad de la mejor forma posible.
En una primera instancia, es necesario entender que, aunque esta enfermedad pueda afectar la salud del paciente, en la mayoría de los casos no es potencialmente mortal. Por lo que el tratamiento del trastorno ansioso depresivo debe enfocarse en recuperar habilidades, actividades y hábitos, así como la interacción y el funcionamiento social de la persona.
Para realizar este procedimiento, se deben tener en cuenta las condiciones del paciente, por ejemplo, el tratamiento para un adolescente, no será el mismo tratamiento o las terapias de tercera generación. Por lo tanto, el tratamiento debe ser especializado y personalizado a la condición de cada persona para mejorar su efectividad.
Las recomendaciones más comunes son:
- Tratamiento farmacéutico para aliviar los síntomas y prevenir recaídas (antidepresivos, inhibidores de recaptación de serotonina, benzodiacepinas, etc.).
- Tratamiento no farmacológico: en este se tendrán en cuenta terapias de psicoeducación (cognitivo-conductuales, psicodinámicas, técnicas de relajación, terapia de apoyo, etc.) (1).
Como se puede determinar, el tratamiento para esta condición se enfoca principalmente en la parte psicológica del paciente para hacer que este pueda recuperar su vida cotidiana con total normalidad y sin la necesidad de ser activamente agresivos con los medicamentos. Por ello, radica la importancia de conocer sobre este tipo de enfermedades y la forma de identificarlas a tiempo para tratarlas antes de que afecten seriamente la vida de una persona.
Referencias bibliográficas
- Novillo Tacuri, M. J. (2019). Trastorno mixto ansioso depresivo en los pacientes de los centros de atención privada del cantón Loja. Universidad Nacional de Loja. Tomado de: https://dspace.unl.edu.ec/server/api/core/bitstreams/7a73eb2d-0db7-4750-b3c1-e2f4a92e2f97/content