La incorporación de las nuevas tecnologías ha permitido robustecer el sistema de educación universitaria on-line en España. La tendencia del e-learning se extiende a Europa y en el caso de Colombia, ya está siendo replicado: el país muestra inmejorables posibilidades de desarrollo y crecimiento on-line.
La incorporación de las nuevas tecnologías ha permitido robustecer el sistema de educación universitaria on-line en España. La tendencia del e-learning se extiende a Europa, donde cada vez se solidifica más y su éxito se acentúa. Ese modelo, con sus resultados gradualmente positivos y en ascenso, puede convertirse en un espejo para Latinoamérica. En el caso de Colombia, ya está siendo replicado: el país muestra inmejorables posibilidades de desarrollo y crecimiento on-line.
Según el informe ‘Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe’, publicado el pasado año por el Banco Mundial (BM), “la educación superior se expande por toda América Latina y el Caribe, y es el momento de desarrollar todo su potencial”.
El ‘Viejo Continente’ ha comprendido desde hace tiempo que ya no hace falta estar presente en un aula para aprender una carrera universitaria o cursar un posgrado. Los resultados beneficiosos y el grado de satisfacción de los estudiantes europeos de ‘aulas virtuales’ quedan reflejados, año tras año, en numerosas encuestas e informes. Asimismo, si se tiene en cuenta el grado de inserción laboral de los alumnos de educación superior una vez acabadas sus titulaciones o posgrados, la ecuación es aún más beneficiosa.
Este sistema educativo abre puertas a espacios on-line de aprendizaje, que acortan distancias y engrandecen el conocimiento. Un estudio de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), elaborado por Gad3, asegura que el estudio online de grados ha aumentado un 5%, mientras que en el de másteres el incremento es mucho más significativo y alcanza el 26%.
Según este mismo informe, desde el año 2000 la formación por internet ha crecido un 900% a nivel mundial y el futuro presenta números muy esperanzadores. El 21% del total de los estudiantes de nuestra Universidad es extranjero. En ese segmento, nueve de cada diez provienen de Sudamérica.
Un mercado de 200 billones de euros
Los másteres online suponen ya el 26% del mercado español, según las cifras de UNIR, y en sólo cinco años, el e-learning moverá en todo el mundo algo más de 200 billones de euros. La presencia del móvil adquirirá gran protagonismo y su uso con fines formativos crecerá hasta un 36%, sostiene la investigación de esta Universidad.
Un 32% de la formación que se imparte en España hoy ya es formación online. En ese país, según los últimos datos del Ministerio de Educación, algo más de 122.000 alumnos estudian Bachillerato y Formación Profesional sin ir a clase. En lo referente a la educación superior (grado y posgrado), hay 228.500 matriculados en universidades no presenciales.
En Europa ese porcentaje alcanza el 24%, según el informe ‘La formación online, una gran oportunidad para las empresas’, del Grupo Preving, especializado en España en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). El trabajo señala que para el 69% del alumnado la ventaja principal de la formación online es que permite realizar la formación mientras se trabaja. En segunda posición se encuentra que evita los desplazamientos.
La facturación mundial en e-learning superó los 120.000 millones de euros el pasado año. Se estima que en 2020 serán necesarios en Europa 900.000 profesionales TIC’s en el ámbito de la formación online, sostiene Preving. España ya es el quinto país del mundo con un mayor número de alumnos de cursos online, destaca un informe realizado por ASEM, empresa de referencia en España en materia de prevención de riesgos laborales.
Colombia, preparada para dar el gran salto
En América Latina, Colombia es uno de los referentes en este aspecto. Los datos invitan a la esperanza. Si se analiza el caso de este país, la matrícula en cursos de posgrado por internet ha aumentado un 76% desde 2014 a la fecha, en comparación a un aumento del 12% en programas presenciales durante el mismo período, según datos oficiales de la Jefatura de Innovación Educativa del Ministerio Nacional de Educación.
Según el MEN, la demanda de educación general on-line aumentó un 500% desde 2012: pasó de contabilizar 12.000 estudiantes a más de 65.000 en la actualidad.
Asimismo, en el caso concreto de Colombia, se vislumbra claramente una preferencia a la hora de realizar estudios superiores, ya sea por la modalidad presencial u online, que después deriva en una clara orientación para realizar posgrados: el 54,1% de graduados universitarios al año corresponden a las áreas de Administración de Empresas, Derecho y Ciencias Sociales, según los cómputos del Banco Mundial.
Le siguen la Ingeniería, el Derecho y la Construcción (18,7%), las licenciaturas referentes a la Educación (8,3%), Salud y Bienestar (7,3%), Ciencias (4%), Humanidades y Bellas Artes (3,5%), Servicios (2,3%), y Agricultura (1,7%).
Los titulados colombianos por programas virtuales tienen casi un 90% de opciones de acceso al mercado laboral en ese país, de acuerdo a un informe del Observatorio de Empleabilidad del Ministerio de Educación colombiano. Esto evidencia que estudiar a distancia no solo no reduce las posibilidades de conseguir trabajo, sino que las incrementa.
La Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe también ratifica esta tendencia. En su ‘Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo’ (TERCE), una investigación de logros de aprendizaje que abarca a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, más el Estado mexicano de Nuevo León, destaca que Colombia es uno de los grandes exponenciales de esta tendencia.
Si bien esos datos son sumamente positivos, hay que redoblar el esfuerzo para intentar atraer a un segmento estudiantil que, en el caso de Colombia, puede disiparse fácilmente: “El 37 por ciento de los estudiantes colombianos que comienzan un programa universitario abandonan el sistema de educación superior. Este porcentaje asciende a aproximadamente el 53 por ciento para los estudiantes que comienzan programas de ciclo corto, un resultado con implicaciones fuertes para la diversidad. El 36% desertan en el primer año de su carrera universitaria”, advierte el BM.
No es algo que corresponda exclusivamente a Colombia. Según datos del Ministerio de Educación español, la tasa global de abandono y cambio de estudio en grados es del 35% en universidades presenciales y del 70% en no presenciales. Con respecto a los másteres, las cifras son un 28% y un 60%, respectivamente.
La tendencia en Latinoamérica
Las estadísticas hablan por sí solas: Colombia, y también otras naciones latinoamericanas, como Perú o México, son algunos de los lugares desde donde más estudia –a través de la metodología on-line- un gran porcentaje de alumnos de UNIR. La gran mayoría realiza estudios de Postgrado.
Por otra parte, en el contexto regional de Latinoamérica, el Banco Mundial destaca: “En promedio, la tasa bruta de matrícula en educación superior de América Latina y el Caribe creció del 17 por ciento en 1991 al 21 por ciento en el 2000 y al 40 por ciento en el año 2010”. La entidad sostiene que “el aumento en las tasas de entrada a la universidad explica la mayor parte del crecimiento justamente en los países donde éste fue mayor: Colombia, Chile Ecuador y Perú”.
No se trata meramente de una cuestión de marketing educativo. Por todas las cifras antes enunciadas, el horizonte de la educación superior on-line se vislumbra inmenso: se ha convertido en los últimos años en una de las más eficaces herramientas para la formación académica.