El director del Empleo Público del Departamento Administrativo de la Función Pública compartió mesa redonda en el Foro MBA con Eva Asensio, vicedecana de la FEC de UNIR, y Carlos Augusto Wilches Vega, presidente del Consejo Nacional de Contralores.
Colombia cuenta con más de 1.360.000 empleados públicos, que tienen la tarea y la responsabilidad de atender y servir a todos los ciudadanos. En este contexto se planteó la mesa “El MBA para la gestión pública”.
Francisco Camargo.
Tal y como explicó el director del Empleo Público del Departamento Administrativo de la Función Pública, Francisco Camargo, “vivimos en la cuarta revolución industrial que ha traído el poder de los datos, de la información y la tecnología; y hay que orientar, capacitar y formar a los servidores públicos para entender su impacto y prestar un mejor servicio. Por esta razón, desarrollamos el programa Servidor Público 4.0”.
El servidor público tiene que prestar un buen servicio al ciudadano, y para lograrlo debe formarse y capacitarse. Francisco Camargo.
Para Carlos Augusto Wilches Vega , presidente del Consejo Nacional de Contralores, “tenemos el derecho de capacitarnos, pero, también, tenemos el deber de actualizarnos para ser más eficientes y eficaces en el desarrollo de nuestras funciones. Normalmente las malas prácticas que detectan los organismos de control son por desconocimientos administrativos”.
Eva Asensio.
Una necesidad de formación que implica a cualquier ámbito. Eva Asensio, vicedecana de la Facultad de Empresa y Comunicación de UNIR, reflexionó sobre la importancia de que los empleados públicos adquieran competencias que favorezcan y mejoren cualquier organización. “Hay habilidades que hacen que las compañías sean más eficientes y productivas, que permiten gestionar mejor el tiempo o potenciar el talento; no importa que sea en los servicios públicos o en la parte privada. Y precisamente, el MBA fomenta esas capacidades de gestión y de dirección en cualquier organización”, afirmó.
Carmargo precisó que entre el sector público y el privado las dinámicas en muchos aspectos son similares, pero existen algunas diferencias. “La connotación del sector privado normalmente es una perspectiva de productividad o rentabilidad económica. En el mundo de lo público, la connotación es productividad o rentabilidad social. La dinámica gerencial se parece en algunos aspectos, aunque la especialidad tiene que llevar a tener un impacto social. De lo que no hay duda es de la necesidad de tener muy buenos profesionales cualificados”.
El MBA ofrece una formación integral
Eva Asensio afirmó que la formación universitaria es vital para capacitar y profesionalizar a ambos sectores. “Desde el médico hasta el maestro harán un mejor servicio de impacto público cuanto más elevada sea su capacitación. Y si hablamos del MBA, podemos decir que ofrece una formación integral para un servidor público”.
La vicedecana de UNIR detalló algunas de esas completas competencias: “Permite innovar porque adquieres una mentalidad diferente de cómo hacer las cosas para tener un buen resultado, o la manera de mejorarlo. También, ayuda a gestionar, por ejemplo, con el uso de la metodología Lean, que cada vez se aplica más en el ámbito público. O te da la capacidad de aplicar la tecnología y provocar un mayor impacto”, subrayó.
Por supuesto, no olvidó las habilidades para el liderazgo, la mejora continua o la gestión de personas, en un sector con una marcada jerarquía, con mandos de dirección e intermedios, como es el público.
Carlos Augusto Wilches Vega.
Carlos Augusto Wilches Vega quiso destacar una de las herramientas clave en el MBA, el Método del Caso. “Es una muy buena oportunidad para que nuestros servidores públicos aprendan de las decisiones tomadas por las administraciones, equivocada o acertadamente. Es una forma de conocer a través de errores, de observar o identificar”, enfatizó.
Lo público tiene que transformar sociedades
Como se señaló durante la mesa redonda, sin duda, uno de los grandes retos, tanto en empleados públicos como privados, es el impulso de la capacitación, no solo tecnológica sino de transformación de la cultura de la organización, de comprender los cambios y ver las oportunidades.
Francisco Camargo lo resumió en tres desafíos: “ el primero, es entender la razón del cambio, pensando siempre en el buen servicio. El segundo, es la cultura de lo digital; por ejemplo, apreciando el peso de los datos en la toma de decisiones. El tercero, las oportunidades. Es cierto que desaparecen cargos, pero también se generan nuevos. La IA, el big data… la tecnología nos permite una sociedad mejor respetando la ética en su aplicación”.
Todo ello, con un telón de fondo que recordó el director del Empleo Público del Departamento Administrativo de la Función Pública: “el poderoso pacto que tiene lo público es el de transformar sociedades e incidir en su futuro”.
A lo que Eva Asensio añadió: “para esto, debemos preguntarnos qué necesitan e identificar las circunstancias, para que tanto las universidades públicas como las privadas formen a los profesionales de todos los ámbitos que requiere la sociedad”.
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